Los jóvenes son los más propensos a sufrir cualquier tipo de estrés todos los días ya que ellos aún no tienen la capacidad de soportar presiones muy fuertes ya sea cuando tienen mucha tarea o proyectos que entregar en la escuela.
Sin embargo el estrés no solo se produce bajo una presión sino también influye mucho los cambios físicos, la vulnerabilidad genética, cambios en la independencia y dependencia en la relación con los padres, cambios en la relación de los padres hacia los adolescentes, cambios de escuela entre otros.
Existe el estrés bueno y el malo el malo puede llegar a dolerte la cabeza, cansancio extremo, irritabilidad, mal humor todo el día, entre otros.
Algunos estudios psicológicos deducen que el estrés más frecuente se presenta en los jóvenes ya que el cambio de ser un niño a ser un adolescente es muy complicado, sobre todo porque empieza a vivir situaciones de una persona adulta.
Algunos ejemplos que provocan el estrés en ellos son:
Exigencias y fracasos académicos.
Pensamientos negativos sobre ellos mismos.
Problemas de pareja de sus padres – peleas, separación o abusos.
La muerte de un ser querido o un mascota.